En cualquier matrimonio, lo que sale de la boca de cada cónyuge tiene una gran importancia. De tu boca sale aquello que abunda en tu corazón, se debe hacer un gran compromiso incondicional de vivir con Amor y Respeto.
Los esposos y las esposas son muy diferentes entre si, tan distintos como los colores rosado y azul. Es de crucial importancia que marido y mujer consideren que ninguno de los dos está mal sino que ambos son muy diferentes: en su funcionamiento corporal, actitudes y puntos de vista. Las investigaciones y la experiencia comprueban que hombres y mujeres ven y escuchan en una forma diferente. Para alcanzar el entendimiento mutuo y una mejor comunicación es absolutamente necesario reconocer esas diferencias y adaptarse a ellas.
Cuando tu pareja tiene uno de esos inevitables momentos de resentimientos, ira o mal carácter, aun así debes considerar que es una persona que tiene buena voluntad. Tu pareja puede dejar de ser amorosa o respetuosa, pero igual debes confiar en sus buenas intenciones. Tú sabes propósitos no son malos o que en el fondo no pretenden hacerte ningún daño. Cualquiera que sean sus defectos, sabes que en el fondo te quiere. Y tú deberías sentir lo mismo hacia tu pareja. Si olvidas que tu cónyuge fundamentalmente es una persona con buenas intenciones, como tú, te resultará difícil practicar el amor y el respeto.
TU PAREJA NO ESCUCHARÁ LO QUE HAY EN TU CORAZÓN, SI TÚ ERES ALGUIEN CON LA LENGUA COMO CON UNA ESPADA.
La mujer necesita amor y el hombre respeto; cuando un hombre es respetado por su mujer y ella valora todo lo que el hace; lavar platos, cocinar, hacer oficios varios en casa, acompañarla al centro comercial etc... El se sentirá lleno de vigor para satisfacer la necesidad de amor de su mujer. Por lo tanto ella sentirá vigor para respetarlo y así entramos en el circulo de amor y respeto mutuo.
Tal cual, más claro hechale agua!
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